sábado, 9 de mayo de 2009

¿Por qué siempre queremos lo que no tenemos? ¿Está en nuestra naturaleza o es el placer de lo peligroso? Me podría decidir por algo fácil, algo por lo cual no tendría que matarme para conseguirlo. Pero no, opte por el camino difícil, por el riesgoso. Es como conducir por un camino desconocido, no sabemos si llegaremos a destino o nos quedaremos deambulando por ahí ¿No es estúpido arriesgarnos a conducir por el simple hecho de que nos gusta ese peligro? ¿Y si no podemos evitarlo? ¿Y si el camino es como una trampa que nos invita a conducirlo? ¿Y si ese camino por más que sea el más peligroso, me hace feliz?

No hay comentarios: