domingo, 16 de noviembre de 2008

Miedo, en definitiva, a ilusionarme de nuevo para comprobar, una vez más, que tus expectativas no se han cubierto. Miedo sin embargo a no volver a ilusionarme, a pasar por la vida sin encontrar algo o alguien que te emocione de nuevo, a que no te envuelva la magia, a que te falte esa mirada que sin palabras te hace sentir especial, a pasar por la vida sin pena ni gloria, embarcada en un continuo de días y de noches llenos de monotonía y hastío, a sentir que nada interesante ocurre, que no hay nada nuevo que merezca la pena ser contado a ese amigo al que hace siglos que no ves. Miedo también a un teléfono que no suena, a un día de Reyes sin regalos, a un año nuevo sin mensajes en el móvil.

Miedo a que te canses, a que te vallas, de mi lado.

No hay comentarios: